lunes, 8 de agosto de 2016
CAPITULO 25: (SEGUNDA HISTORIA)
Paula llevaba tres horas echando humo cuando Pedro entró en su despacho.
—¡Esta vez has ido demasiado lejos! —le espetó, levantándose del sillón.
—¿De qué estás hablando?
Paula pasó a su lado para cerrar la puerta y se volvió, furiosa.
—¡Estoy hablando de hacer que investiguen a Ally! Ally, la secretaria y ayudante personal de mi padre. Una mujer que lleva quince años trabajando aquí. La que me llevaba de la mano a la cafetería cuando mi padre tenía mucho trabajo, la que me abrazaba cuando murió mi madre. La mujer que ha sido como una hermana para mí durante estos meses.
—¿Cómo lo has descubierto?
—Ayer te dejaste el maletín sobre tu escritorio.
—¿Y te pusiste a investigar? ¿Sigues sin confiar en mí?
—Ese no es el asunto. No intentes darle la vuelta acusándome de…
—Ya sé que no confías en mí —la interrumpió él—. ¿Quieres o no quieres salvar esta cadena de hoteles, Paula?
Ella se cruzó de brazos.
—Esa es una pregunta estúpida.
—Si has visto el informe sabrás que Ally tiene cosas en su pasado que no la convierten en una santa precisamente.
—No lo he leído todo, pero…
—Fue detenida en la universidad por conducta libidinosa…
—Por el amor de Dios… ¡estaba en una fiesta de primavera! Toda la universidad estaba de juerga. Llevaron a la mitad de los alumnos a la comisaría, sus padres pagaron una multa y se acabó. Ella misma me lo ha contado.
—Una vez la pillaron robando —insistió Pedro.
—¿Qué, un paquete de chicles?
—No, algo más serio que eso. La pillaron robando ropa en una boutique.
—Ally tuvo una infancia difícil —replicó Paula—. Su madre la crió sola y tuvo que ponerse a trabajar desde muy joven para poder pagarse los estudios. Mi padre le dio una oportunidad hace quince años y no lo lamentó nunca.
—Por eso precisamente. Tu padre confiaba en ella y Ally podría usar eso en su contra.
—¿Por qué iba a hacerlo?
—No lo sé.
—¿Y si no lo sabes por qué la acusas?
Pedro dejó escapar un suspiro.
—Muy bien, ¿puedes explicar las cantidades que ha ingresado a su cuenta corriente durante los últimos seis meses?
—¿Qué?
—Me has oído, Paula. Ally ha ingresado grandes cantidades de dinero en tres ocasiones. Sé lo que gana aquí. Un salario muy decente, pero no tanto como para hacer esos ingresos. Los problemas de la cadena Chaves empezaron más o menos cuando ella hizo el primer ingreso… Y yo no creo en las coincidencias.
A Paula se le encogió el corazón. No podía ser.
—Tiene que haber una explicación…
—Ally trabajaba al lado de tu padre, lo sabía todo sobre el negocio. Seguro que sabe cosas de las que ni siquiera el vicepresidente tiene conocimiento.
—Sigo sin creerlo.
—Cariño, si quieres salvar esta empresa, tendrás que creer cosas que no quieres creer.
—Es imposible. Ally no haría…
Pedro dejó escapar un suspiro.
—Curioso, ¿no? Prefieres confiar en una empleada que esconde secretos antes que confiar en tu propio marido.
Paula lo miró, pensativa. Tenía razón. Pero cada vez que le parecía que su matrimonio podría funcionar, él hacía algo que la obligaba a dudar de nuevo.
Pedro la miró, sin poder disimular su amargura.
—Me gustaría que te tomases un par de días libres al final de la semana.
—¿Para qué?
—Es hora de conocer a mi madre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario