jueves, 11 de agosto de 2016

CAPITULO 2: (TERCERA HISTORIA)

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No, no había sido secuestrada. No, su coche no había sido robado. No, jamás antes había visto la pistola que decían había en el bolsillo de Pedro. No, no sabía que él pudiera haber puesto las manos en la gargantilla de diamantes de su madre, que también decían que le habían encontrado.


No le dejaron verlo. No le dejaron llamar a un abogado para él. Ni siquiera le dejaron que le diera un pañuelo. Esperó durante horas en la puerta de la cárcel. Entonces, justo antes de la medianoche, apareció su padre. Tranquilo y completamente controlado le dijo que Pedro quedaría libre de todos los cargos sólo con una condición: ella tenía que firmar los papeles de la anulación del matrimonio. De otro modo se enfrentaba a una pena de entre cinco a diez años en prisión


Así que firmó los papeles.


Un infierno de diecisiete cumpleaños.




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