domingo, 14 de agosto de 2016
CAPITULO 10: (TERCERA HISTORIA)
Una hora después, mientras miraba a Ramiro colgar el vestido en la parte trasera de su viejo Civic, se dio cuenta de algo más. Esa mañana no le había pedido ni una vez que consiguiera el dinero de Pedro. Había dicho cosas como «habla con él» y «atrae su atención».
No había dicho nada del dinero. ¿Significaba eso que tenía otro modo de conseguir el dinero que necesitaba? ¿Un modo que implicaba que ella viera a Pedro esa noche? Más específicamente, ¿que ella viera a Pedro con un vestido que quitaba el hipo?
Humm, un plan que implicaba una recogida de fondos en una empresa de diamantes, una mujer con un bonito vestido y el tipo encargado de la seguridad distraído. Quizá había visto muchas veces esas películas de Ocean’s, pero aquello no tenía buen aspecto.
Fuera lo que fuera lo que Ramiro estaba planeando, la estaba usando como distracción. Y ese bonito vestido era sólo un señuelo.
¿Tenía razón o estaba paranoica? Necesitaba una segunda opinión. Tenía que decírselo a Pedro.
¡Maldición! La única forma que tenía de ponerse en contacto con él era a través del teléfono del trabajo. Antes de su primer encuentro había agotado sin éxito todas las vías de conseguir un número personal. Y dado que las oficinas cerrarían el sábado por la tarde, eso le dejaba sólo una opción. Iba a tener que ir a la fiesta después de todo. E iba a tener que ponerse el bonito vestido porque no tenía nada apropiado para el evento.
Estaría imponente. De un modo más preciso: parecería como si quisiera parecer imponente. Como si estuviese tratando de recuperarlo. Por otro lado, él realmente no podría creer algo así. No mucho tiempo, desde luego. No cuando le dijera que su hermano estaba planeando robar Messina Diamonds.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario